A lo largo de los últimos años, América Latina se ha dividido a la hora de mostrar su apoyo o rechazo a las partes en el conflicto palestino-israelí. Tradicionalmente, esto ha dependido del color político del Gobierno de turno. Sin embargo, en esta ocasión, la magnitud y gravedad de los acontecimientos ha generado una respuesta general de condena.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, enfatizaba que «Brasil no escatimará esfuerzos para evitar la escalada del conflicto, incluso en el ejercicio de la Presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU». Argentina, por su parte, dijo que «condena» y «deplora» el ataque múltiple de Hamás contra Israel.
Desde Colombia, el Gobierno de Gustavo Petro condenó «con vehemencia el terrorismo y los ataques contra civiles» en Israel. El mandatario colombiano, además, hizo un llamado a «un diálogo de paz donde se reconozca de manera integral el estado Palestino».
El Gobierno de Boric condena a Hamas
El Gobierno de Chile –donde reside la mayor comunidad de origen palestino fuera de Oriente Medio– también manifestó su «absoluta condena» a los ataques contra una serie de pueblos y ciudades de Israel y expresó sus «condolencias a las familias de las víctimas, y su solidaridad con el pueblo de Israel».
En diciembre pasado, el presidente de Chile, Gabriel Boric, dio un discurso ante un auditorio palestino en el que habló de «una comunidad que está sufriendo una ocupación ilegal, que está resistiendo y que está viendo violado sus derechos y su dignidad, todos los días», algo que generó el rechazo de sectores chileno-israelíes.
Asimismo, las Cancillerías de Uruguay y Costa Rica emitieron sendos comunicados de condena. Uruguay «deplora con la mayor firmeza las acciones terroristas en curso contra Israel y su población» y «expresa su solidaridad con el Estado de Israel y las víctimas de estos ataques», dijeron desde Montevideo, mientras que en San José, además, exigieron «la inmediata liberación de rehenes».
También el Gobierno de México condenó «los ataques sufridos por el pueblo de Israel» por parte del grupo islamista Hamás desde Gaza y exigió «el cese de la violencia inconducente».
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, se refirió a los «cobardes ataques terroristas» en contra de Israel: «Todo nuestro apoyo a la hermana nación de Israel ante los cobardes ataques terroristas que ha sufrido», expresó el mandatario paraguayo.
Igual de firme fue la reacción del Ejecutivo panameño: «Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo Israelí en estos momentos difíciles. Panamá condena firmemente los recientes ataques en contra del pueblo de Israel», manifestó el presidente, Laurentino Cortizo.
Bolivia, desatinada, critica a la ONU
Más salomónica fue la reacción de Bolivia, cuyo Gobierno expresó su «profunda preocupación» por los «eventos violentos» ocurridos en la Franja de Gaza entre Israel y Palestina, y criticó la «inacción» de las Naciones Unidas y el Consejo de seguridad ante estos acontecimientos.
La administración de Perú condenó «enérgicamente los ataques terroristas perpetrados por el grupo Hamás contra el Estado de Israel». Y mientras el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, manifestaba sus «condolencias» y «apoyo» a Israel ante los ataques «sin justificación» en su contra, orquestados por el movimiento islamista Hamás, su homólogo dominicano, Luis Abinader, hacía lo propio y advertía de que «esta escalada de violencia impide las soluciones de paz que deseamos todos».
El Gobierno de Honduras condenó este sábado pasado los ataques perpetrados por el grupo islamista Hamás contra Israel, pidió el cese al fuego e hizo un llamamiento al diálogo y la conciliación. «Condenamos los ataques con cohetes y objetos incendiarios lanzados por partes de Hamás y otras organizaciones desde Gaza contra Israel, que provocaron la muerte de personas y dejaron varios heridos», subrayó la Secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado.