El próximo domingo 10 inicia un nuevo capítulo de la empobrecida Argentina tras 16 años de dominio del «kichnerismo-peronismo» con un paréntesis de 4 años del centroderecha de Macri.
Javier Milei, un outsider de la política, en solo dos años captó el descontento de las masas de pobres y desencantados y especialmente de los jóvenes que vieron cómo su padres empobrecían arrastrados por un gobierno corrupto dirigido por Cristina Kichner (con su último títere el presidente Alberto Fernández) y un grupúsculo de pseudo socialistas llamado «La Cámpora», encabezados, qué sorpresa, por el hijo de Cristina, un gris personaje llamado Máximo.
Datos para que nunca creamos que el socialismo genera bienestar
Argentina fue uno de los 10 países más ricos del mundo. Hoy está en el sexto lugar de las economías más miserables del mundo. Un país que tiene todo: minerales, hidrocarburos, alimentos, ganadería, y un capital humano sin discusión, es hoy el ejemplo de lo que no se debe hacer con el erario público.
Los datos son aterradores, según la UCA (Universidad Católica Argentina), en un informe de esta semana: 20 millones de pobres, 5 millones de indigentes. Y el 65 % de los jóvenes menores de 17 años en la pobreza absoluta. Para más desastre, en las pruebas mundiales de aprendizaje PISA de esta semana, los resultados indican que Argentina, sus chicos, perdieron toda la capacidad en matemáticas, lectura y ciencias. En muchos barriadas pobres, las llamadas villas miseria, los niños han llegado a comer cartón.
La inflación es solo superada por la de Venezuela (que este mes mejoró) y en dudosa competencia con Haití y Surinam: más del 147%. Y más: la tasa de interés de referencia que rige en el país austral es la más alta del mundo: 133%. Ese dato, que determina el costo del dinero y afecta a la dinámica de los préstamos y los depósitos.
El elefantiásico Estado argentino está hecho a imagen y semejanza del peronismo. Es un Estado que sirve a los políticos y a las corporaciones y deja a la deriva a los ciudadanos que son esquilmados impositivamente.
El cinismo de Cristina Kichner al dejar un país devastado
Javier Milei dijo que Argentina podría tener dos años de estanflación (estancamiento económico con inflación) producto de la espantosa situación del país. La única manera de empezar a remediar esta situación es con un ajuste muy fuerte del gasto que puede producir un enfriamiento del crecimiento. Como bien explicó Milei, esto debe hacerse para parar la emisión y evitar la hiperinflación, y es producto, nada más y nada menos, de la cantidad desorbitada de dinero que se emitió en los últimos dos años.
No hay espacio para otra cosa que para un tratamiento de shock porque si no las consecuencias serían nefastas. Ante estas declaraciones apareció CFK a dar, una vez más, una muestra de su inagotable cinismo. Dijo que “estanflación es igual a catástrofe social” en respuesta a Milei y quiso explicar que lo ideal es tener equilibrio fiscal, pero que si hay que ajustar y hay inflación viene el desastre. Este desastre tuvo sus comienzos cuando ella era presidente y culminará en algunos días con el gobierno actual que ella armó y en el que ocupa la vicepresidencia. Ella fue, además, la responsable de la candidatura presidencial de Massa que llevó al paroxismo la política histórica del kirchnerismo: un Estado enorme e inútil lleno de cajas políticas pagadas con emisión de dinero.
El fracaso del peronismo es conceptual. Fracasó su concepción del mundo. Un país miserable es el resultado del monopolio que tuvo el peronismo en la político y en la impregnación que hicieron en la sociedad argentina de ideas que llevaron al fracaso al país. No se trata de matar al peronismo porque ya está muerto. Sólo quedarán dirigentes desesperados por mantener el sistema fracasado.
No hay mal en la Argentina que no haya crecido o no se haya consolidado en alguno de los cuatro nefastos gobiernos kirchneristas. Uno esperaría que CFK (la condenada por la justicia) guardara silencio luego de haber arruinado la economía, la institucionalidad y la convivencia en la Argentina. Sin embargo, la vemos en TikTok queriendo dar lecciones acerca de los males que pueden venir y que ella mismo provocó. Al mismo tiempo, algunos de sus diputados gurkas vuelven a la carga con el patético intento de juicio político a la Corte. Todo esto sucede cuando aún no asumió el nuevo gobierno, lo cual deja claro que la estrategia del kirchnerimo se apoyará en dos pilares: la búsqueda de impunidad y el nulo reconocimiento del desastre que dejan.
Ante esto es imprescindible que el futuro gobierno tenga una política explicativa acerca de los desastres que recibirán. Milei está acertando en explicar la gravedad de la situación económica. Es menester que sigan explicando con crudeza todas las situaciones de derroche y de corrupción que encuentren. Todos sabemos que el Estado argentino está lleno de lugares donde impera la corrupción y el financiamiento de los llamados «K», los kichneristas de la verguenza.
Todo lo que recibirá el nuevo gobierno es una calamidad. A la corrupción y el malgasto se le suman todo tipo de desastres. Faltan insumos médicos y hay gente que tiene paralizados tratamientos médicos. Las denuncias sobre coimas que se debían pagar para poder importar insumos necesarios es incesante. Las sospechas de corrupción son la seña de identificación de los años kirchneristas. Las denuncias mediáticas y judiciales de los casos de corrupción que se encuentren serán imprescindibles para que el ánimo de los que deben soportar el ajuste que se viene no decaiga.
Ojalá Honduras no siga ese ejemplo y veamos a la Argentina como lo que es: una gran nación amiga que padeció bajo un socialismo corrupto encabezado por Cristina Kichner, La Cámpora y su patético Instituto Patria que destrozó la economía y lanzó a su pueblo al abismo de la pobreza.
Con material propio, de Newsweek, Infobae, La Nación y Crónica.
