Julián Jiménez, External Affairs and Business Sustainability Manager Central America and the Caribbean de la empresa Syngenta concedió una entrevista a Soydatos y Soy Honduras para hablar de agricultura, fuentes de agua e impacto de residuos en toda la región.
SOY HONDURAS: ¿Es posible producir con una agricultura sostenible?
Julián Jiménez: La producción de alimentos tiene una motivación primordial, que es la de llevar alimentos a una población global en permanente crecimiento.
Sin embargo, la agricultura como cualquier actividad productiva por una parte requiere del uso de los recursos naturales, y por otra, genera residuos que deben ser gestionados de forma responsable, de manera que la incorporación del componente de sostenibilidad dentro de la producción agrícola, supone principalmente, un cambio en el paradigma de la producción, esto es: considerar que los recursos de los que depende la producción no son infinitos y deben utilizarse de forma racional, y que los residuos producidos, deben ser reutilizaos, minimizados o dispuestos de forma adecuada.
Igualmente, frente al componente social de la sostenibilidad, cuando se analizan de forma comparativa, las repercusiones que tiene la inversión directa en productividad en los diferentes sectores económicos, la inversión en agricultura es por mucho el sector con el mayor potencial para la superación de la pobreza, el doble que el de la manufactura que está en segundo lugar, de manera que la sostenibilidad en la agricultura implica también la generación de condiciones dignas para el agricultor.
SH: ¿Cómo producir más y con mayor calidad sin dañar el medio ambiente?
JJ: Uno de los retos mas grandes que tiene la agricultura en la actualidad, es la imposibilidad de incrementar la producción simplemente mediante el incremento de la extensión del área cultivada.
Lo anterior se debe a múltiples factores, por una parte, en algunas geografías la frontera agrícola o la tierra con destino a la producción agrícola, se ha avanzado tanto que colinda con suelos protegidos bajo múltiples esquemas de protección como reservas de biodiversidad, parques nacionales, áreas de conservación forestal, entre otras, que cumplen con un papel muy relevante en la protección del agua, la captura de gases de efecto invernadero y preservación de la biodiversidad.
En otros casos, la frontera agrícola se encuentra profundamente degradada producto de malas practicas agrícolas y en ausencia de una inversión considerable para su restauración, no pueden ser destinadas al cultivo de alimentos, este es de hecho un asunto tan relevante, que se le ha designado una meta especifica de “neutralidad de la degradación de la tierra” dentro del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 15.
De manera que la forma de producir más sin impactar de forma negativa el medio ambiente, será el resultado de la tecnificación de la producción actual, mediante la transferencia de conocimiento y la adopción tecnológica en la agricultura.
SH: ¿El agua es un recurso muy valioso ¿cómo conservarlo?
JJ: El agua es fundamental para la agricultura, sin este recurso es impensable el desarrollo del negocio, por esto buscamos que nuestros clientes realicen acciones en favor de la preservación del agua. Con programas como Ecoaguas buscamos reforestar bosques nativos tropicales y establecer procesos de educación para fomentar una cultura ambiental en las comunidades, al tiempo que se recuperan cuencas hidrográficas estratégicas para la agricultura.
El programa se fundamenta en 3 ejes:
- Preservación de bosques nativos tropicales: reforestación, conservación y producción de árboles nativos a través de viveros comunitarios.
- Establecimiento de corredores biológicos para la protección de ecosistemas, microclimas y ríos, beneficiando a las comunidades y la agricultura.
- Procesos de educación para el fomento de una cultura ambiental responsable con el desarrollo agro-empresarial, comunitario y social. La participación en los viveros es de comunidades negras e indígenas y en algunos sectores donde el orden público es una problemática constante.
SH: El proyecto Eco aguas, ha dado resultados en Colombia, cuál es la clave?
JJ. Hasta el momento llevamos 28 años de trayectoria con el proyecto, tiempo en el cual hemos logrado sembrar más de 1 millón 700 árboles tanto en cuencas altas como bajas, lo que equivale a más de 3900 hectáreas sembradas. Esto ha beneficiado 12 cuencas hidrográficas claves en el país que permiten salvaguardar el abastecimiento hídrico de la agricultura en los departamentos de Antioquia, Cauca y Valle del Cauca. Adicional a esto contamos con la participación de 618 viveristas, 56 viveros, 8826 personas capacitadas y hemos establecido aislamientos cubriendo más de 220 km y protegiendo más de 372 km de nacimientos de agua.
Estos resultados se han obtenido gracias a la concientización ambiental y social que se ha generado, y al compromiso de las diferentes organizaciones, profesores y viveros que hacen parte del programa.
SH ¿Tiene un estimado de cuántos agricultores han sido favorecidos por los programas de capacitación de Syngenta?
JJ: En Syngenta nos fijamos objetivos de capacitación anualmente, este es uno de nuestros frentes de acción mas robustos y para el cual disponemos de múltiples recursos y herramientas para el agricultor. En Latinoamérica Norte, llevamos 12,000 agricultores capacitados en lo que va corrido del año 2023.
SH:¿En qué consiste el Plan para una Alimentación Sostenible?
JJ: El Plan es nuestra carta de navegación hacia una agricultura sostenible, es el instrumento de planificación mediante el cual hicimos públicos los compromisos que como compañía hemos asumido de forma voluntaria, para contribuir con la transición a una forma mas responsable de producir alimentos, y las acciones, objetivos e indicadores mediante los cuales medimos el cumplimiento de esta gestión de una forma clara y objetiva.
SH: Cuál ha sido el mayor reto para Syngenta desde su inicio?
JJ: Como una compañía de ciencia y tecnología para la agricultura, estamos convencidos del beneficio que significa para el agricultor, la tecnificación de su producción en función de una mayor rentabilidad, pero también de las condiciones propias de la región, que limitan u obstaculizan su adopción a una mayor velocidad.
El promedio en años de escolaridad total de los trabajadores agrícolas de la región es de cinco, lo que significa una educación primaria incompleta, lo que supone un obstáculo para la transferencia y correcta apropiación de la tecnología agrícola, y demanda una inversión considerable y permanente en formación y generación de capacidades, que permitan el buen uso y manejo de tecnologías para la protección de cultivos por parte del agricultor.
Otra barrera estructura, la limitada oferta de productos de crédito exequibles para el agricultor. En la región, la mayor parte de los productos de crédito tradicionales, que están orientados a financiar otros rubros de menor riesgo como la compra de inmuebles, vehículos o maquinaria, pero pocos con enfoque de financiación del proceso de producción de bienes agropecuarios, forestales, acuícolas y de pesca, su transformación y/o comercialización y servicios de apoyo demandan condiciones que en la mayoría de los casos no son alcanzables para el perfil del agricultor.
SH:¿Cómo trabajan el aspecto de la calidad para lograr que los agricultores incursionen en mercados internacionales?
JJ: Es particularmente en este aspecto en el que nos especializamos en Syngenta, los mercados internaciones considerablemente más exigentes en términos de calidad del producto, usualmente la oferta que se deja para el mercado local es la que por algún motivo no cumple los requisitos para su exportación, lo que supone una pérdida de oportunidad para el productor.
Por este motivo ponemos al alcance del agricultor un portafolio muy amplio diseñado para dar cumplimiento a los más altos estándares y exigencias en calidad e inocuidad de la oferta agrícola, y acompañamos al productor con programas de formación que permitan la adopción efectiva de la tecnología.
SH: La Operación Polinizador es un éxito, es posible implementarla en Honduras?
JJ: Completamente, es de todo nuestro interés, poder replicar este programa en Honduras, de la mano de los productores y de la academia local, con el propósito de incorporar el conocimiento sobre agroecologia hondureña y contribuir a la construcción de capacidades locales.
SH: Cuáles son los cambios más urgentes que deben realizar en la agricultura, específicamente de Honduras?
JJ: En Honduras, la agricultura tiene un fuerte impacto en la economía en general y su importancia en la generación de divisas, la oferta de empleo y la seguridad alimentaria, el sector agropecuario es clave para el desarrollo social y económico del país. No obstante, el crecimiento del agro depende del conjunto de las políticas públicas, y de los impactos sobre los precios, los ingresos de los productores, y la creación de un entorno favorable para aumentar la productividad agropecuaria.
Al contrario de la mayoría de los países de la región, la participación del sector agropecuario en el PIB hondureño ha sido estable en los últimos años.
Por esto, Honduras debe continuar su estrategia, que combina el fortalecimiento de las cadenas agroexportadoras y la producción de granos básicos, esenciales para la seguridad alimentaria y nutricional del país.
Igualmente, el país debe continuar la reducción de medidas de política que generan apoyo a precios de mercado, como las medidas de protección comercial, para permitir a los agricultores responder mejor a las señales de precios en el mercado internacional.
Simultáneamente, para mitigar el cambio climático, es necesario aumentar la inversión pública en la investigación e innovación agropecuaria, la asistencia técnica a los productores y los programas de producción bajo riego, a nivel institucional, podría tener resultados muy positivos fortalecer la recopilación y montaje de estadísticas agrícolas, para permitir un análisis real del efecto de las políticas públicas de sector.
SH: Tienen planes a futuro para trabajar con universidades en Honduras o alianzas estratégicas?
JJ: Por supuesto, es de nuestro completo interés poder emprender conjuntamente proyectos en agricultura sostenible de forma colaborativa con actores locales que puedan contribuir con el conocimiento generado sobre la agricultura en el país.