Tegucigalpa, Honduras. La Asociación de Productores de Granos del Norte (Prograno) ha encendido las alarmas al anunciar una preocupante reducción del 15% en la producción de maíz y frijoles en Honduras durante este año. Esto significa que, de las nueve mil toneladas que se cosechaban en años anteriores, solo se espera obtener entre seis mil y siete mil en 2024.
Dulio Medina, presidente de Prograno, atribuye este descenso a una serie de factores que afectan directamente al sector agrícola:
- Sequía prolongada: La inusual extensión del verano y las elevadas temperaturas han impactado negativamente la preparación de la tierra y la motivación para sembrar.
- Precios de venta bajos: Los productores no reciben una remuneración justa por sus cosechas, lo que desincentiva la siembra y provoca la migración del campo a la ciudad en busca de mejores oportunidades.
- Falta de políticas de apoyo: Las políticas gubernamentales actuales no brindan el respaldo necesario a los productores, dejando de lado la comercialización y la protección del sector agrícola.
Consecuencias
Esta reducción en la producción tendrá repercusiones significativas en la seguridad alimentaria del país, ya que Honduras depende en gran medida de las importaciones de granos básicos para cubrir su demanda interna. Se estima que se importan 20 millones de quintales de granos básicos al año, incluyendo frijoles, maíz, arroz y soya.
Llamado a la acción
Prograno hace un urgente llamado a las autoridades para que tomen medidas que reviertan esta situación y protejan al sector agrícola hondureño. Entre las medidas propuestas se encuentran:
- Mejorar la comercialización: Implementar mecanismos que garanticen un precio justo para los productores de granos básicos.
- Derogar la ley que protege a las casas comerciales: Esta ley, según Prograno, deja desprotegidos a los productores frente a las prácticas abusivas de las empresas.
- Establecer políticas de apoyo: Implementar políticas públicas que brinden apoyo financiero, técnico y de capacitación a los productores.
- Promover el diálogo: Establecer un diálogo abierto y permanente entre el gobierno y los productores para encontrar soluciones conjuntas a los problemas del sector.
La situación actual no solo amenaza la seguridad alimentaria del país, sino que también genera un impacto negativo en el empleo rural y la economía en general. Es necesario tomar medidas urgentes para proteger al sector agrícola y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
En este contexto, la pérdida de empleos en las zonas rurales y la migración de productores son consecuencias lamentables que exigen una revisión inmediata de las políticas agrícolas actuales. El gobierno, en conjunto con los productores, debe trabajar en la búsqueda de soluciones que aseguren la viabilidad del sector y el bienestar de las comunidades rurales.
Es fundamental recordar que la agricultura es un pilar fundamental de la economía hondureña y juega un papel crucial en la seguridad alimentaria del país. La protección y el fortalecimiento del sector agrícola son esenciales para garantizar el desarrollo sostenible del país.