La plataforma inmobiliaria que representó el concepto de compartir oficina atraviesa sus horas más bajas por el aumento de los tipos de interés y el incremento de su gasto financiero con una deuda de 17.100 millones.
WeWork operaba en Costa Rica. Tenían más de 800 ubicaciones, en 120 de las principales ciudades del mundo, que funcionan 24/7, con solo reservar desde la aplicación sus servicios.
Las acciones de WeWork se desploman un 46% al cierre bursátil en EEUU, hasta 1,22 dólares por acción, después de que el diario ‘The Wall Street Journal’ (WSJ) haya informado que la compañía planea presentar una solicitud de quiebra. Se trata una petición del Capítulo 11 en Nueva Jersey para protegerse ante los acreedores y reestructurar su actividad. La declaración podría producirse tan pronto como la próxima semana, según el WSJ que cita fuentes conocedoras de la situación.
WeWork tenía una deuda bruta de 17.100 millones de dólares al cierre del primer semestre que no puede manejar debido a la escalada de los tipos de interés y el aumento de los costes financieros de la compañía. De enero a junio, la empresa perdió 1.131 millones de dólares, un 38% menos que el año anterior. Sus ingresos se elevaron un 13% interanual, hasta los 3.374 millones. Sin embargo, la asignatura pendiente de la empresa inmobiliaria sigue siendo la rentabilidad.
De valorarse en 47.000 a 80 millones en bolsa
La empresa tuvo una de las trayectorias más mediáticas durante el último auge de las startups, alcanzando una valoración de 47.000 millones de dólares justo antes de un intento desastroso de salir a bolsa, para después a enfrentarse al desafío de su modelo de trabajo compartido durante la pandemia del Covid-19 que vació las oficinas y generalizó forzosamente el teletrabajo desde casa.
De estos 47.000 millones de dólares en que tasó Softbank una multimillonaria inversión en la empresa en 2019, WeWork pasó a valorarse en 9.000 millones en la salida a bolsa exprés que realizó en 2021 a través de una fusión inversa con un SPAC. La valoración en bolsa del grupo fundado por el polémico Adam Neumann ha caído un 99% hasta apenas 80 millones de dólares según la cotización de este miércoles. El mayor accionista de la empresas sigue siendo el grupo nipón Softbank con algo más del 70% de las acciones.
Un portavoz de la compañía dijo a Bloomberg que «no haría comentarios sobre especulaciones» y señaló un archivo del martes en el que se indicaba que WeWork había estado negociando con sus acreedores para «mejorar su balance» y tomar medidas para «racionalizar su huella inmobiliaria». El lunes, la empresa llegó a un acuerdo de indulgencia para renegociar las condiciones con sus acreedores que finaliza en siete días.
El acuerdo de indulgencia permitirá a la compañía «continuar las conversaciones positivas con nuestros principales interesados financieros y trabajar con ellos para implementar nuestros esfuerzos estratégicos en curso para mejorar nuestra estructura de capital», dijo el portavoz, agregando que la empresa tiene «una visión clara y a largo plazo para el futuro».
La empresa de coworking con sede en Nueva York vio la luz en 2010, justo cuando el mercado de capital de riesgo comenzaba un auge de una década. Con Neumann, uno de sus cofundadores, como carismático presentador, WeWork recaudó miles de millones de dólares y creció rápidamente, a menudo duplicando sus ingresos cada año. En su punto álgido, fue una de las startups más valiosas del país y operaba oficinas en todo el mundo pero su modelo apalancado sigue sin funcionar.