*Por María F. Hernández, Gerente de Ciudadanía Corporativa de Samsung
El voluntariado corporativo ha ganado cada vez más notoriedad en la agenda ESG no solo por su poder para transformar las comunidades alrededor de las empresas, sino también por contribuir a la evolución de la cultura organizacional. Esto se debe a que, además del impacto social y el fortalecimiento de la reputación institucional, los programas de voluntariado refuerzan los valores corporativos con los que los colaboradores se identifican.
Una encuesta recientemente publicada por el Journal of Business and Management1, de la National Chung Cheng University, de Taiwán (referencia en investigación empresarial), indica que la Gobernanza Social, es decir, la gestión y los valores dirigidos al colectivo y a la comunidad, es el pilar más importante para que los empleados permanezcan en la empresa cuando se trata de ESG. Pero para que esto suceda, es esencial que la empresa cree y fomente acciones para que sus empleados tengan tiempo, oportunidades y acceso a la acción voluntaria.
En el caso de Samsung, uno de sus principales valores es fomentar la educación. Es por eso que el Programa de Voluntariado Corporativo de Samsung, presente en toda América Latina y organizado por los equipos de Ciudadanía Corporativa, ofrece siempre acciones a favor de la base educativa de niños y jóvenes.
Por ejemplo, el año pasado, en el marco del Día Mundial de las Abejas y con el objetivo de crear conciencia sobre su importancia, Samsung llevó a cabo el encuentro de voluntarios Samsung Bee The Change. El evento tuvo lugar en la finca de producción Miel Reina Panamá, en Santa Cruz, Penonomé. Allí se impartió una charla sobre la importancia de las abejas, seguida de un taller en el que participaron jóvenes de la escuela secundaria Ángel María Herrera y voluntarios Samsung. El propósito era generar ideas y buscar soluciones para enfrentar las amenazas que enfrentan las abejas debido al cambio climático y otros factores.
Actividades como esta enriquecen nuestro sentido de propósito, nuestra conexión con la comunidad y nos desarrollan en diversos aspectos personales y profesionales, incluido el liderazgo. Este enfoque no sólo transforma vidas, también refuerza cualidades humanas como la empatía y el sentido de comunidad de quienes donan su tiempo para un propósito común con el de la empresa, redefiniendo lo que significa ser líder en el siglo XXI.