Director de País de la ONG “Ayuda en Acción” Honduras, Roberto Bussi trabaja para alcanzar la meta 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, buscando integrar de forma más eficiente acciones con el sector privado y el gobierno.
“Queremos generar un triple impacto: un desarrollo económico inclusivo, un entorno socioambiental más protegido y que las acciones sociales impacten en la salud, educación, protección de la niñez y la mujer”. Roberto Buss
Roberto Bussi, un hombre “del centro de Tegucigalpa”, como se autodefine, habla desde su conocimiento y amor por la Honduras profunda, esa Honduras postergada donde él y su equipo llevan a cabo una labor silenciosa pero efectiva, dura pero llena de corazón y entrega. Ésta es su visión global, y local, para Soy Honduras.
Soy Honduras: ¿Cuál es el papel de Ayuda en Acción como actor del desarrollo sostenible?
Roberto Bussi: Ayuda en Acción es una organización que se destaca positivamente por varios elementos en su misión y visión. En primer lugar, tienen una visión a largo plazo, comprometiéndose con un territorio durante al menos 12 a 15 años. Esto les permite llevar a cabo cambios estructurales que ayudan a combatir la pobreza y mejorar las condiciones de desarrollo en esa área.
En segundo lugar, su enfoque es procesual. No se limitan a proyectos individuales, sino que coordinan una serie de intervenciones en áreas económicas, sociales y ambientales, lo que promueve un desarrollo más sostenible en general.
SH: ¿Cómo es la estrategia para poder llevar adelante esa visión?
RB: Tenemos una estrategia Nexus que conecta tres aspectos importantes:
Uno, la construcción de paz, que busca que las sociedades y comunidades vivan en un ambiente seguro. Segundo, la respuesta rápida a las necesidades de emergencia de la población, al mismo tiempo que se busca un desarrollo sostenible para el futuro.
Y tercero, un enfoque territorial de trabajo que considera los aspectos sociales, ambientales y económicos para lograr un triple impacto positivo.
SH: Ayuda en Acción tiene un enfoque por el fenómeno de la movilidad humana. ¿Cómo funciona ese mecanismo?
RB: Entendemos que nuestro país está enfrentando un fenómeno complejo de movilidad humana, con muchas personas buscando nuevas oportunidades fuera de su entorno. Por ello, nuestra estrategia tiene un doble enfoque: Primero, ayudamos a crear un entorno seguro y propicio para las familias y comunidades en sus lugares de origen (arraigo), para que encuentren oportunidades sociales y económicas que mejoren su calidad de vida. Y luego brindamos apoyo humanitario a las familias que están en tránsito hacia Estados Unidos o que regresan al país, ofreciendo ayuda y protección durante su desplazamiento.
SH: ¿Cómo realizan los cambios que se plantean?
RB: Tenemos una mirada de no trabajar solos. Como Ayuda en Acción creemos en la cogestión territorial -llámese gobernanza compartida- donde logramos que el gobierno municipal, gobierno central, sector privado, cooperación, y los actores de sus derechos participan en la gobernanza de sus territorios. No se pueden hacer cosas a las espaldas de la comunidad, se tiene que hacer con ellos.
SH: ¿Y cómo gestionan el recurso humano en los territorios donde trabajan?
RB: Trabajamos en base a la comunidad, buscando que los técnicos de los proyectos y programas sean originarios de los territorios donde estamos insertos, para una mayor sinergia y conocimiento de la cultura de cada zona. Maximizamos los recursos en los territorios para mayor impacto en la población.
SH: Ayuda en Acción tiene un fuerte compromiso con el medio ambiente. ¿Cuál es el concepto que los mueve?
RB: Nos actuamos de espalda al medio ambiente. Trabajamos en una acción que permita potenciar los recursos naturales de forma sustentable y sostenible por las comunidades, el tema de eficiencia energética, el comanejo de parques nacional y todos los atributos que incluyan cuidar un entorno socioambiental.
SH: ¿Cuáles son las líneas de acción para ayudar a las poblaciones más vulnerables?
RB: Nuestras líneas de accion se centran en: desarrollo y derechos con enfoque en niñez, juventud y mujer, desarrollo económico sostenible e inclusivo que fomenta el arraigo y evita la migración, innovación por el clima y respuesta a emergencia.
SH: ¿En dónde se tiene cobertura y a cuántas personas se apoya?
RB: Estamos en 46 municipios y 210 aldeas en los departamentos de Lempira, Yoro, Colón, Francisco Morazán, Gracias a Dios, Choluteca, Valle, Intibucá, La Paz y Ocotepeque. En el 2022 pudimos beneficiar a más de 100,000 personas.
SH: ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las organizaciones no gubernamentales, en este mundo cambiante?
RB: Estamos a 7 años de alcanzar la meta 2030 de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), pero aún hay muchos objetivos que no hemos logrado cumplir. Para alcanzar esta meta a tiempo, es crucial que como organización de desarrollo trabajemos de forma más eficiente junto con el sector privado y el gobierno.
Un desafío importante para las ONGs y la sociedad civil es cómo coordinarnos mejor con actores con los que hemos tenido poca cercanía, como el sector privado. Otro reto es medir y aumentar el impacto de nuestras acciones. Necesitamos encontrar formas de replicar y expandir las iniciativas exitosas que se están llevando a cabo con otros actores.
Además, es fundamental buscar más recursos financieros para el desarrollo. Aquí, debemos trabajar en conjunto para convencer a la banca multilateral del desarrollo para que invierta más en temas que son importantes para la población.
“Creemos en la cogestión territorial donde logramos que el gobierno municipal, gobierno central, sector privado, cooperación, y los actores de sus derechos participan en la gobernanza de sus territorios”.
SH: Y el desafío de conseguir que las comunidades se involucren….
RB: Así es…es un gran desafío lograr que las comunidades se involucren activamente en su propio desarrollo, de manera que tomen el liderazgo en las iniciativas. Las ONGs deben acompañar este proceso, siendo conscientes de que somos corresponsables y no garantes de derechos. Por lo tanto, tenemos la responsabilidad de trabajar junto con otras partes interesadas para apoyar una agenda de políticas públicas donde estemos presentes.
SH: Hablando del sector privado, que lo menciona como un desafío pendiente ¿Qué papel puede desempeñar en la cooperación al desarrollo o en la implementación de la Agenda 2030?
RB: El sector privado tiene un papel importante en el desarrollo de la sociedad. Se ha propuesto llamarlo ‘ciudadanía corporativa’, lo que significa que las empresas no solo deben ser responsables, sino también actuar como ciudadanos comprometidos con el progreso de la comunidad.
“Un desafío importante para las ONGs y la sociedad civil es cómo coordinarnos mejor con actores con los que hemos tenido poca cercanía, como el sector privado”
Para tener negocios prósperos e inclusivos, es necesario que las sociedades también sean prósperas e inclusivas. Es esencial que las empresas adopten prácticas socioambientales responsables para ser amigables con el medio ambiente y evitar daños. Para lograr que las empresas actúen sin causar daño, es importante que sus intervenciones impulsen el desarrollo del territorio, beneficiando tanto a la empresa como a la ciudadanía.
Además, es fundamental que las empresas privadas contribuyan al fortalecimiento de la democracia y el estado de derecho.
“Debemos trabajar en conjunto para convencer a la banca multilateral del desarrollo para que invierta más en temas que son importantes para la población”.