Cada día cientos de personas se convierten en víctimas de un ciberataque, y uno de los más comunes es a través de SMS fraudulentos. El problema es que, por norma general, los usuarios no piensan que los ataques pueden ir dirigidos hacia ellos, lo que facilita muchísimo el trabajo a los ciberdelincuentes.
El smishing consiste en una técnica en la que los ciberatacantes se esconden y hacen pasar por entidades y empresas legítimas con el objetivo de conseguir tu información, ya sea personal o bancaria.
1. El remitente es de un teléfono desconocido
Muchas veces nos llega un mensaje de un número desconocido, pero que dice ser una persona o compañía que conoces, esto debería alertarnos, ya que por norma general siempre nos deberían contactar de la misma manera y a través de los canales oficiales.
2. El mensaje es de vital importancia/urgencia
Para que no te lo pienses dos veces, y pongas en duda la legitimidad del mensaje, en muchas ocasiones los atacantes dicen que se trata de algo urgente, importante o llamativo para que actúes sin analizar los riesgos.
3. Hay un enlace
Cuando en el mensaje nos encontramos con un enlace, normalmente acortado, deberíamos desconfiar ya que no siempre es así, pero por norma general se trata de una pestaña o que bien te infecta el dispositivo con un virus o que te lleva a rellenar un formulario para hacerse con tus datos.
4. Invitan a descargar
Lo mismo que con un enlace, las descargas de archivos cumplen con la misma función. Es extraño que una compañía te pida que te descargues un documento obligatoriamente y si encima desconoces el remitente del mensaje, lo mejor es ignorarlo y borrarlo.
5. Nos solicitan datos
Como decíamos antes, el objetivo principal de los ciberdelincuentes es el de hacerse con nuestros datos personales y bancarios, por ello si nos llega un SMS y en algún momento del proceso nos piden rellenar este tipo de información, lo mejor es ponerse en contacto mediante otra vía con la entidad o persona que dice ser para asegurarnos.