Con información del BCIE, EFE y agencias. El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) se mantiene como el principal brazo financiero y líder en la canalización de recursos de la región, con una solidez confirmada el último año con la mejor calificación crediticia de América Latina AA.
Según un comunicado de la entidad, las agencias de calificación valoraron las «considerables reservas de capital exigibles de sus accionistas», la aplicación de políticas financieras que permiten una «robusta posición de liquidez», un alto nivel de adecuación de capital, tasas estables de rentabilidad y una diversificación de las fuentes de financiamiento.
CAPTACIÓN DE RECURSOS Y FORTALECIMIENTO PATRIMONIAL
Todo ello facilitó la captación de recursos competitivos mediante la ejecución en 2022 de quince transacciones en los mercados de capitales de Australia, Suiza, Taiwán, Japón y México, por un monto agregado de 1,259.8 millones de dólares.
Un 64 % de esa cantidad, detalló la nota, corresponde a emisiones de bonos ambientales, sociales y de gobernanza.
Además, el último año hubo un fortalecimiento de su patrimonio mediante aportes de capital anticipados por sus miembros y la generación sostenida de utilidades.
Las cuotas de capital de los socios del BCIE ascendieron a 88.5 millones en pagos en efectivo, el acceso a 4,290 millones de dólares en calidad de aprobaciones y unos desembolsos de 2,163.9 millones de dólares para proyectos energéticos, viales, de transporte ferroviario, salud y seguridad.
El total de la cartera de proyectos alcanzó en 2022 los 9,254.9 millones de dólares.
BUENAS PERSPECTIVAS PARA ESTE AÑO
De acuerdo con el presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi, «seguimos mostrando resultados muy positivos, el Banco se prepara para atender un futuro en el que la única certeza es que nuestra región seguirá necesitando el apoyo inequívoco de un aliado que la atienda de forma prioritaria y con las mejores condiciones financieras, en beneficio de todos sus habitantes».
De hecho, el acreedor preferente de la región prevé que sus cifras mejoren este año con aprobaciones por 3,300 millones de dólares.
La entidad considera que ello puede mejorar sus condiciones crediticias, al realizarse una ampliación de capital y posibilitando abrir espacio a la incorporación de nuevos socios con alto rating.
También se quiere mejorar los costos de captación en los mercados de capital, ampliar la oferta y favorecer a los países miembros con mejores plazos y tasas de interés.
El BCIE celebra este viernes 12 de mayo en Punta Cana (este de República Dominicana) la reunión ordinaria anual de su Asamblea de Gobernadores, la autoridad máxima de la entidad, y en ella Mossi buscará la reelección.
El banco, con sede central en Tegucigalpa, fue creado en 1960 como el brazo financiero de la integración y el desarrollo de la región y los objetivos de reducir la pobreza y las desigualdades, fortalecer la integración regional y la inserción competitiva de los socios en la economía mundial, siempre prestando atención a la sostenibilidad.
Sus socios fundadores fueron Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica y, como no fundadores, están República Dominicana, Panamá y Belice, mientras como miembros extrarregionales se encuentran México, Taiwán, Argentina, Colombia, España, Cuba y Corea del Sur.
Dante Mossi, en busca de la reelección
El presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, buscará su reelección en la ‘LXIII Asamblea de Gobernadores del BCIE’ que se celebrará hoy viernes en la ciudad de Punta Cana, en la República Dominicana.
En el marco de la tarea de dotar de financiación a los países de la región bajo la presidencia de Mossi, el BCIE ha otorgado créditos a todos los países de Centroamérica, incluido Nicaragua, lo que ha desatado las críticas de algunos sectores en defensa de los derechos humanos y lo que podría costarle la presidencia de la entidad.
Mossi se situó al frente del organismo financiero regional que acompaña al crecimiento de Centroamérica en diciembre de 2018, tras ser elegido en el mes de octubre de dicho año. Previamente, el economista hondureño trabajó en el Banco Mundial como jefe de Operaciones en Honduras o en Ghana, así como fue representante de la entidad en Paraguay.
Desde que asumió el cargo, Mossi ha remado para que el BCIE se convirtiese en el principal acreedor de la región, manteniéndose como entidad líder en la canalización de recursos para Centroamérica, y ha apostado por estrechas los lazos con los socios extrarregionales, como es el caso de España, donde el BCIE ha abierto recientemente una oficina regional, la primera en el país.
La Asamblea de Gobernadores es el evento más importante para el BCIE, ya que es la máxima autoridad del Banco y, según mandato del Convenio Constitutivo del BCIE, se debe celebrar una reunión ordinaria una vez al año. Cada país socio nombra un gobernador titular y un suplente que pueden ser el ministro de Economía, ministro de Finanzas, Crédito Público, el presidente del Banco Central, o a quien corresponda la representación según el derecho interno de cada país.
RECHAZO POR SU RELACIÓN CON NICARAGUA
Se estima que Nicaragua habría recibido hasta 3.500 millones de dólares (algo más de 3.200 millones de euros) del BCIE para distintos proyectos e iniciativas bajo la presidencia de Daniel Ortega, cuyo régimen político es una dictadura. En porcentajes, la financiación del BCIE en 2022 al Programa de Inversión Pública (PIP) es casi el 40% del total, frente al 21% que representaba en 2017.
En su defensa, Mossi ha argumentado que la entidad que preside se rige bajo principios económicos y no políticos. Además, ha expresado que trabajan para los nicaragüenses y no para su presidente. «Queremos que puedan tener acceso a la infraestructura como hospitales y carreteras», ha afirmado.
Su relación con Nicaragua incluso le ha valido para ganarse el sobrenombre de ‘el banquero de los dictadores’, el cual fue inicialmente empleado por el exembajador de Estados Unidos y director ejecutivo del Centro para la Integridad de los Medios de las Américas, John Feeley. En 2022, incluso, se enviaron distintas cartas a las administraciones de Honduras o Costa Rica para que vigilen de cerca la actividad del BCIE.