BRICS prepara una agenda que busca comprometer a las grandes fuerzas económicas a nivel global para destinar ayudas a países con severos casos de pobreza.
Los ministros de Asuntos Exteriores del grupo de economías emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) declararon que los conflictos, como la guerra de Ucrania, acaparan la atención y los recursos de los países ricos en vez de la erradicación de la pobreza global.
Pandor, ministra sudafricana de Relaciones Internacionales y Cooperación, cuyo país ocupa este año la presidencia rotatoria de los BRICS, hizo estas declaraciones en la apertura de la segunda jornada de la reunión que iniciaron ayer los ministros de Exteriores del bloque en la urbe sudafricana de Ciudad del Cabo (suroeste), donde preparan la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la organización prevista para el próximo agosto en Johannesburgo.
“La atención y los recursos de nuestros socios más ricos se han desviado y las agendas de nuestras organizaciones multilaterales ya no responden a las necesidades y demandas del sur global”, pronunció la ministra sudafricana de Relaciones Internacionales y Cooperación, Naledi Pandor.
Asimismo, denunció que los países desarrollados no han cumplido sus compromisos con el mundo en desarrollo y están intentando sistemáticamente trasladar la responsabilidad.
En la reunión intervino el viceministro primero de Relaciones Exteriores de Cuba, Gerardo Peñalver Portal, quien señaló que los BRICS: “pueden y deben contribuir de manera significativa a la necesaria reforma del actual sistema financiero internacional, profundamente injusto, antidemocrático, especulativo y excluyente”.
Regiones más afectadas
Un estudio de UNICEF indica que mientras que los países pobres por ahora están cubiertos por la suspensión del servicio de deuda, los países de ingresos medianos han seguido pagando al menos un tercio de su deuda externa durante el curso de la pandemia.
Como reflejo, el servicio de la deuda como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) es más alto en los países de América Latina y el Caribe, seguido de los países de Oriente Medio y Asia Central.
Los países de América Latina y el Caribe pagan en promedio más de 1,5 veces por servicio de la deuda en relación con el PIB que en los países de África.
A las deudas nacionales, en muchos países se añade el endeudamiento privado de empresas y familias, aumentando el peligro de una debacle. Ecuador es uno de los países en esa situación.
En marzo de 2020, el Congreso ecuatoriano solicitó al gobierno suspender el pago de la deuda para asignar esos recursos a la respuesta a la pandemia. Consecuentemente, Ecuador pidió en abril del mismo año cuatro meses de aplazamiento de 800 millones de dólares en pago de intereses y expresó su intención de reestructurar la deuda.
Pese a lograr una reducción en el servicio de la deuda a corto plazo, las condiciones impuestas incluían metas de consolidación del gasto público que resultaron en recortes de gastos por 4000 millones de dólares y una reducción de la jornada laboral y los salarios de los empleados del gobierno.